Tras el incendio, UNESCO creó el proyecto “HEF Rapa Nui” para evaluar los daños y gestionar los riesgos del sitio, en colaboración con MA´U HENUA, actual administrador del Parque Nacional Rapa Nui. De esta manera, un equipo de profesionales  local realizó un diagnóstico detallado de los rasgos afectados, que arrojó resultados  y algunas recomendaciones, entre ellas, la urgencia de intervención de al menos 22 Moai. El siguiente paso es la creación de un Plan piloto de Riesgo para Rano Raraku, enfocado en el riesgo de incendio, el cual se encuentra en su etapa final.

Dada esta situación, es hora de tomar conciencia, detener estas quemas que causan más daños que beneficios y discutir la importancia de proteger nuestro patrimonio y las acciones que debemos emprender para  prevenir  futuros incendios en Rapa Nui.

Es fundamental abrir los ojos y reconocer el daño que causamos a través de quemas de pastizales que, una vez descontroladas, se escapan de nuestras manos, consumiendo parte del territorio. Los incendios no sólo afectan a la arqueología, sino que también a vidas humanas, la biodiversidad, la propiedad, el aire y el suelo, y contribuyen en agravar las consecuencias del cambio climático.

Debemos detener las quemas y tomar medidas para proteger nuestra tierra y nuestro patrimonio. Que nuestro legado a las futuras generaciones sea la preocupación y cuidado de nuestra Rapa Nui, y que puedan disfrutar de su patrimonio tal como lo dejaron nuestros ancestros. Māuru-uru